domingo, 12 de septiembre de 2010

EL PODER DE LA MUSICA

El mundo de la publicidad y muchos centros comerciales utilizan la música para aumentar la eficacia de los mensajes y predisponer a la compra.
Cuando vamos al supermercado  no nos fijamos en la música de fondo y al volver a casa nos damos cuenta de que hemos comprado mucho más de lo necesario: galletas, chucherias, refrescos para un ejército…

Este comportamiento se debe en parte a la influencia de la música. El ritmo de la música establece la velocidad de su recorrido por el centro comercial. Un ritmo no demasiado rápido, para no desaprovechar posibles ocasiones de comprar; pero tampoco excesivamente lento, para no perder el impulso.
La medicina y la psicología también se interesan por la música y han comenzado a utilizar su potencial terapéutico. Los efectos de la música favorecen la rehabilitación de los minusválidos, ayudan a mejorar el aprendizaje, a curar el dolor de cabeza, a prepararse para el parto y a superar algunas dificultades psíquicas.

Experimentos realizados con estudiantes demuestran que la música de los grandes compositores como Mozart, (sonata en re mayor k 448), eleva el cociente intelectual unos 8 puntos y permite resolver con mayor facilidad operaciones y problemas matemáticos. http://www.youtube.com/watch?v=gK--TcN9bEE

Si musiquillas insignificantes, como las que se escuchan en el supermercado, pueden inducir a las personas a comprar, hay que preguntarse cúal es el potencial de una fuga de Bach, un nocturno de Chopin, o una sinfonía de Beethoven.

Para curar con música nació una disciplina llamada MUSICOTERAPIA. Se utiliza con pacientes psiquiátricos, con los minusválidos, con ancianos, con afectados de alzheimer, con niños sordomudos o afectados con problemas leves, como los tics infantiles.

Cuando se aplica en la consulta de un psicoterapeuta, el paciente se pone cómodo y concentra su atención en una zona del cuerpo que él mismo elige, situada entre el abdomen y el tórax. La persona debe intentar no oír la música, sino permanecer concentrado sobre el cuerpo, así, las notas estimularán el subconsciente, que se manifestará a través de sueños e imágenes.

En este sentido, Chopin facilita la interiorización, Schubert, la dimensión social y la personalidad, Stravinski se dirige a las partes más instintivas de la personalidad.

La pieza musical se transforma en una auténtica provocación, que hace surgir los problemas, sepultados por la mente racional y ocultos en los pliegues del subconsciente.

Escuchar determinadas melodías produce una sensación de bienestar, ayuda a relajarse y mejora el tono vital.

La música de Mozart es la que mejor se presta para su utilización en el campo médico por el hecho de que su estructura regular y balanceada recuerda el ritmo cardíaco y respiratorio de las personas, favorece la relajación, alivia los ataques de cefaleas, la ansiedad, el estrés… el concierto en si bemol mayor para violín y orquesta k207 de Mozart es utilizado para reducir el dolor en el parto.  http://www.youtube.com/watch?v=CiJZwjBvi2o

Una investigación realizada en el hospital de Nara, en Japón, demostró que la música clásica en general actúa sobre los asmáticos, duplicando la cantidad de aire inhalado; y los enfermos de alzheimer han logrado que la terapia del sonido, les ayude a frenar el avance de la enfermedad, incluso ya está subvencionado por el estado japonés.

Antes de nacer escuchamos sonidos que nunca se olvidan. El oido es el primer sentido que se forma en el feto. Ya desde el cuarto mes de gestación, el órgano de Corti (una parte de la oreja interna donde se encuentran los sensores de los sonidos) alcanza su pleno desarrollo. Hacia el séptimo mes, el feto reacciona de una forma sistemática a los estímulos sonoros, incluidos todos aquellos procedentes del exterior. Además el bebé ya es capaz de percibir y reconocer la voz de su madre pero también otros sonidos exteriores como demuestra un experimento realizado con un grupo de mujeres que se encontraban en el séptimo mes de embarazo, a las que se les hacía escuchar una pieza de ópera.

Los fetos aumentaban el movimiento y el latido cardiaco cuando escuchaban la música y cuando volvían a oír el trozo de ópera meses después de su nacimiento reaccionaban dejando de llorar. Esas mismas notas, escuchadas 15 años después, provocaban una inmediata relajación en esos adolescentes.

El célebre pianista Arthur Rubinstein afirmaba que su pasión por la música había comenzado mucho antes de nacer. Por su parte, Boris Brott, director de la Orquesta Filarmónica de Canadá era capaz de ejecutar sin partitura pasajes musicales desconocidos para él porque durante el embarazo, se los había oido tocar asiduamente a su madre, que era violinista.

La fusión de música y medicina, no es un descubrimiento moderno, sino un elemento esencial en todos los ritos de curación de las poblaciones primitivas, desde África a latinoamerica. La música hecha con instrumentos de percusión hace prevalecer el ritmo sobre la melodía, sirve para liberar energías y ayuda a reestablecer el equilibrio interno en el proceso de curación. En las tribus primitivas el tambor simboliza el latido, tanto del hombre como del universo. Para los orientales, la música tiene un efecto calmante y sirve para conducir a la persona a su centro consciente, para ello se usan los mantrams, fórmulas sonoras que junto con la relajación, despiertan los vórtices energéticos o chacras y elevan a estados superiores de Conciencia.

4 comentarios:

  1. Ahora me explico mi portentosa inteligencia. Mozart es uno de mis favoritos.

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  2. interesante Henry interesante

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  3. Por eso dicen que la música amansa a las fieras.

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  4. A mi me gusta mucho la musica clasica, gracias por el articulo.

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